Flotar Entre Rios
Hace tiempo ya que estamos acostumbrados a las canciones ideadas, compuestas e interpretadas con máquinas. Con la música electrónica como abanderada, existen un montón de grises en donde los sintetizadores, samplers y computadoras disparan sonidos en forma de bits entre guitarras, baterías y bajos, camuflados dentro de lo que podría llamarse una formación "clásica" de rock o de pop. Por citar solo algunos ejemplos recientes, encontramos a Miranda! en donde los ritmos sintéticos acompañan al solo de la guitarra de Lolo; también a Gustavo Cerati y sus discos post Soda Stereo - sin contar su proyecto netamente electrónico "Roken" -; Babasónicos, que utiliza estos recursos tanto en su material de estudio como en sus ya clásicos remixes; e incluso algunas bandas de corte más clásico como Divididos, quienes el año pasado ofrecieron dos presentaciones junto a un dj invitado. Dentro de esos matices intermedios encontramos a Entre Rios (si, si, la banda detrás del corte "Hoy no" que musicaliza la nueva publicidad de Quilmes).
Con su renovada formación - que incluye a Gabriel Lucena en programaciones y teclados, a Sebastián Carreras en samplers y a Paula Meijide, el componente "natural", aportando la calidez de su voz - este trío electro pop presentó su nuevo disco "Onda" en el teatro N/D Ateneo,.
De fondo, una pantalla cierra el concepto proyectando imágenes de tonos lavados en las que sobresalen, chillones, una múltiple pero no aleatoria variedad de objetos intensamente amarillos: primero un clavel, luego un paraguas, un piloto, una cinta que juega en el viento, algunos globos y un láser travieso.
La música de Entre Rios crea climas, transmite sensaciones, invita a cerrar los ojos y dejar que nuestra imaginación sea manipulada por la música. Es parecido a estar flotando, no por falta de gravedad sino sobre una colchoneta inflable dentro de las apacibles aguas de una pileta, un día nublado. Ya desde su nombre empiezo a elucubrar una poderosa relación con el agua: "Entre Rios", todo lo que nos rodea es agua. Trazando una línea imaginaria que una las imágenes: una flor se nutre del agua; el paraguas tiende a evitar que nos mojemos; el piloto también surge en los días de lluvia - le agregaría el recuerdo de mis botas "Pampero", también amarillas -; la cinta me descoloca un poco, pero es una niña la que juega con ella y esa niña seguro gusta de chapotear en cuanto charco se atraviese en su andar; los globos... sus portadores se pasean por la vera de un río, por alguna costanera donde los sueltan con la esperanza de que lleguen empujados por el viento a la costa vecina; finalmente, una lucecita amarilla juega, inquieta, sobre un fondo negro formando figuras, deformando figuras, tal como el agua deforma los objetos que yacen bajo ella. El título del último disco: "Onda", el signo que deja una piedra al caer sobre la superficie líquida rompiendo la paz que ostentaba.
Una hora y media de bombardeo sonoro a base de programaciones, samplers, un histriónico teclado, modulaciones en tiempo real, una eventual armónica, una esporádica guitarra y el matiz de la voz de ella, parada en el medio de las computadoras y los cables, desafiándolos y presta a recordarnos que no hay tecnología que supere a la divina, redondea una experiencia tan placentera como la de flotar recostados en una colchoneta inflable sobre las apacibles aguas de una solitaria pileta, un día nublado.
1 Se dice de mi...
Buenisimo lo que ha escrito.
Cuando tenga un ratito de tiempo va a mis links.
besos
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Chirli, at 4:33 p. m.
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